Durante la mayor parte del siglo XIX, Britannia Mill estuvo regida por la Compañía Sutcliffe & Smith. William Sutcliffe se trasladó a Bacup procedente del valle de Todmorden en 1823 y contrajo matrimonio con la hija de James Smith, natural de Burnley. William dirigía el molino de maíz que estaba ubicado al final de Todmorden Road, en Bacup, y donde la molienda del maíz era el principal negocio de la familia. Demostró una gran astucia empresarial al introducirse en la industria del cultivo del algodón y asociándose al Sr. Smith de Britannia en la década de los sesenta (sin abandonar el negocio del maíz). A su fallecimiento, en 1873, fue sucedido por su hijo James Smith Sutcliffe quien había trabajado junto a su padre desde que dejó el colegio en 1850. James Smith Sutcliffe fue una figura prominente en la vida pública de Bacup. Ocupó un cargo en el consejo local, fue Juez de paz, tercer alcalde de la ciudad y demostró una gran generosidad, particularmente hacia los huérfanos y las viudas, en particular.
Sus mejores amigos fueron Henry Maden (la personalidad más sobresaliente en Bacup) y Edward Hoyle, director conjunto de la Compañía fabricante de algodón más importante de Bacup.
Aunque las relaciones laborales aparentaban ser buenas -con tantos ‘premios’ como los de la mayoría de las otras Compañías y con tan solo una huelga breve-, el informe de un caso en 1868 es un buen ejemplo de otros muchos casos presentados ante los magistrados de la época. Con el comercio en rápido crecimiento tras el pánico del algodón, y con la gran escasez de mano de obra, los fabricantes tenían una gran preocupación por mantener sus plantillas y hacer cumplir la regla de notificar la intención de abandonar el trabajo con quince días de preaviso. Thomas Loons, empleado de Sutcliffe & Smith fue citado a comparecer por dejar el puesto sin dicho preaviso. El sostenía que nadie le había leído las reglas de la hilandería y que él no sabía leer. Aun así, se le obligó a pagar los costes y volver al trabajo. Tuvo que ser muy difícil para un obrero común de la hilandería tener que pagar los costes; desafortunadamente, éste era el desenlace habitual en tales casos, independientemente de cuál fuese la razón por la que decidieron abandonar el trabajo.
La Compañía prosperó particularmente durante la década de los 70. En un tratado de 1877, un empleado recordaba cómo, siete años atrás, había siete máquinas de cardar y en 1877 había ya 53, y que el número de telares había aumentado en una proporción similar. Este crecimiento fue interrumpido por la depresión de finales de la década y sufrió un contratiempo adicional debido a un grave incendio en 1886 (aunque las 5000 libras esterlinas en que se calcularon los daños fueron cubiertas por el seguro).
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El incendió tuvo su origen en la segunda planta aunque las mallas colgantes aceleraron la propagación del fuego hacia las plantas superiores; el fuego fue asistido además por la cubierta de madera de la correa del motor. Por si eso fuera poco, el gas se prendió y sólo las puertas de hierro entre las habitaciones retrasaron el progreso del fuego. El único equipo contra incendios consistía en bocas de agua y mangueras; sin embargo, a pesar del buen suministro de agua, se necesitó la ayuda de coches de bomberos para controlar el incendio. Se solicitó la ayuda del vehículo de Joshua Lord & Son, de Todmorden y por teléfono se pidió “el coche de bomberos del Oeste de Inglaterra en Whitworth”. Tardaron una hora en llegar y el incendio fue extinguido finalmente 4 horas y media después. Por el contrario, en otro incendio que aconteció 10 años más tarde -cuando Bacup contaba ya con su propio coche de bomberos-, se activó la alarma en la hilandería y el cuerpo de bomberos de Bacup logró sofocar el fuego rápidamente y los daños causados fueron muy escasos.
Poco después de constituirse en sociedad anónima en 1914, se cerró la Compañía y se constituyó una nueva para dirigir la hilandería: The Britannia Mill Company (Bacup) Ltd. La Compañía concentró sus operaciones en la hilatura de anillo (que había sido iniciada con un éxito excepcional en Oldham muchos años antes) y el cardado doble. Durante el periodo de gran crecimiento económico tras la Primera guerra mundial, la compañía declaró un dividendo del 20% para la primera mitad de un año y procedió a construir otra hilandería en Rochdale.
Sin embargo, como lo hicieron muchas otras Compañías del algodón, la Britannia Mill Company cesó su actividad comercial al término de la Primera guerra mundial. Lancashire Sock Manufacturing Company se trasladó a estas dependencias en 1926, las que compartió con la Compañía Gaskells (ésta se instaló en la nave de tejido de una planta y en la sección de dos plantas de la calle principal) hasta que Gaskells dejó el edificio en 1990, año en que Lancashire Sock procedió a ocupar la totalidad de Britannia Mill.
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